2 oct. 2006

EL CLUB BILDERBERG

Año 1954. Europa se recuperaba lentamente de la tragedia vivida a causa de la Segunda Guerra Mundial. El dinero procedente de Estados Unidos y su poderosa industria hicieron posible que países como Francia, Holanda, Bélgica, Alemania o Italia dispusieran de una clase media resurgida de las cenizas y con dinero para gastar en productos fabricados en esos países. Se hacía necesario fortalecer este clima y estrechar lazos entre Europa y Norteamérica en una época en la que el término “Guerra fría” lo decía todo. El mundo estaba dividido en dos partes y cada una de ellas obedecía fielmente a un doctrinario esencial para la supervivencia: capitalismo frente a comunismo. El príncipe de Holanda supo sacar provecho de esta situación y cursó las necesarias invitaciones para una primera reunión de un grupo de personajes que tenían en común dinero, poder, influencia en sus respectivos países y su innegable anticomunismo. Debatir sobre el presente y diseñar el futuro de Europa primero y del mundo después se antojaba una labor apasionante. El hotel Bilderberg, situado en una ciudad holandesa fue escenario de la primera reunión del grupo al que, en un primero momento, acudieron también diversas personas ligadas en el pasado al nazismo. El propio príncipe fue señalado en la prensa por haber pertenecido como oficial a las temibles SS y al partido fundado por Hitler. Con oficina pública en la localidad holandesa de Leiden, el club tiene normas muy rígidas en su funcionamiento y una restrictiva política para admitir nuevos socios. La asociación cuenta con un comité conductor directivo compuesto por miembros permanentes que reúne a casi una veintena de personas y cuya función principal consiste en cursar las oportunas invitaciones, de acuerdo a la agenda y temas a tratar. Este comité debate sobre los asuntos más discretos y reservados. Después y ante el resto de los invitados, se celebran otras reuniones de carácter más general donde se van fijando de alguna manera, los necesarios consensos para posteriormente ponerlos en práctica. Los participantes a estas reuniones lo hacen a título personal, no en representación de países o corporaciones. Una característica que enfatiza sobre el carácter del Club Bilderberg y su filosofía es la frase: “Ya que los gobiernos son incapaces de llegar a acuerdos en los grandes asuntos nadie mejor que la iniciativa particular para lograr este fin”. Los asistentes a la reunión anual del club nunca revelan que ellos están asistiendo, aunque en los últimos años y gracias a la prensa independiente, es posible detectar la presencia del presidente del Banco Mundial; de Donald Rumsfeld, David Rockefeller, Henry Kissinger, Bill Gates, Tony Blair, los dueños de France Telecom, de la Coca-Cola, el director The Wall Street Journal, la Banca Morgan, el gobernador del Banco de Francia o el primer ministro de Dinamarca. La última reunión puso sobre la mesa la amistad entre Fidel Castro y Hugo Chávez. Lo de menos son los barriles de petróleo enviados a Cuba, lo que importa es el Tratado de Libre Comercio, diseñado por los Bilderberg, frente al ALBA, propuesta revolucionaria que se impone en la región. Tocará mover ficha al club, pero no al estilo fracasado de Henry Kissinger, actual miembro del club y antiguo secretario de Estado de USA que promovió el golpe de estado en Chile y desestabilizó la zona para evitar la proliferación de gobiernos socialistas. Los miembros del llamado Club Bilderberg, han dado forma y contenido a una estrategia que consiste en crear tensiones, que conducen a estados de guerra y hostilidades perpetuas, que utilizan para justificar medidas de emergencia nacional en los tiempos de paz. Se trata en definitiva de fomentar crisis y contribuirá su resolución, siempre y cuando el episodio final de esos conflictos esté perfectamente controlado. No dejan nada a la improvisación y tampoco fomentan aventuras de incierto resultado. Escomo facilitar la salida de gases de un volcán y paliar asilos posibles efectos devastadores de una erupción. La estrategia reúne en sí misma otro ingrediente mucho más atractivo: los beneficios económicos que se originan a la hora de acometer la necesaria reconstrucción de los países arrasados. ¿Qué es lo que están intentando conseguir los Bilderberg? El objetivo prioritario no ha cambiado desde que se fundó la sociedad secreta: instaurar “por conquista o por consentimiento” un nuevo orden mundial. La última reunión sugiere que la siguiente etapa de la conquista mundial está a punto de comenzar. Un asistente al encuentro dijo estar convencido que “el movimiento de oposición iraní destronará a los mulás”; el jefe de un poderoso organismo francés, replicó que un ataque por parte de Estados Unidos a Irán solamente conseguiría crear el apoyo general de la población a su gobierno; a un consejero israelí le preguntaron “¿Qué pasaría si Irán se vengara y devolviera el golpe?” Otro bilderberg subrayó que un ataque contra las instalaciones nucleares iraníes no solamente involucraría a los estados vecinos, aumentando las probabilidades de un conflicto mucho más amplio, sino que también conseguiría crear un desastre nuclear como consecuencia de liberar la radiación sobre una zona mucho más amplia. Alguien preguntó si esta guerra estaría destinado aprevenir que Teherán se convierta en un poder regional. Un bilderberg francés quiso saber si el ataque contra Irán involucraría sólo a los Estados Unidos e Israel o si la operación sería también asunto de OTAN. Se presionó a la delegación israelí para contestar sobre si estaba dispuesto a utilizar las armas nucleares contra Irán y la respuesta resultó incoherente. La expansión planificada de la guerra contra Irán, que ampliamente sirve a los intereses de la alianza petrolífera angloamericana, Wall Street y el complejo militar-industrial, conlleva implicaciones muy serias. Significa que Israel se convertirá en un actor militar importante en la guerra liderada por los EUA, tanto como un miembro oficial de la coalición angloamericana. Además, hay que recordar que EUA, Inglaterra e Israel tienen una política coordinada de armas nucleares. Estados Unidos necesita controlar la región, no solamente por sus reservas de petróleo, sino, lo más importante, para poder sostener su hegemonía económica mundial. En el pasado, las revelaciones de lo discutido en las reuniones de Bilderberg han supuesto conocer meses antes de que aparecieran en los medios de comunicación mayoritarios, temas como la invasión estadounidense de Irak o la creación de Ejército de Liberación de Kosovo, como detonante necesario para la Guerra de los Balcanes por parte de la OTAN contra Yugoslavia.