2 feb. 2007

HOSPITAL DE CLÍNICAS CARACAS. Sus crímenes. Parte 1

Valentina Marzullo Antes de comenzar a escribir estuve viendo unas fotos de Valentina Marzullo el mismo día de ingresada al HCC. Es más, fotos tomadas en la misma clínica. También vi el informe del colegio, de Nivel Maternal I, expedido 10 días antes de realizarse la operación. Hasta el 22 de noviembre de 2004, Valentina Marzullo Linares, de 3 años de edad, según este informe, corría sin caerse, saltaba desde una altura de 15 centímetros, lanzaba pelotas, encajaba con precisión las piezas del rompecabezas, reconocía todas las formas geométricas, jugaba con todos los niños de su edad, cantaba, atendía a los cuentos, comía sola sin voltear la cucharilla... en fin... evaluaciones normales que las había logrado con mención de excelencia. Hoy día Valentina, casi dos años más tarde, no ve, no llora, por supuesto que no juega ni come sola, no va al baño, no camina. Podría pasar todo el día en la misma posición... Así salió del HCC. Valentina se encuentra en estado vegetativo primario. Valentina llegó al HCC para una intervención quirúrgica cardiovascular ELECTIVA (Electiva es no por emergencia, sino programada, con fecha fijada, con estudios previos, etc.) para una corrección anatómica por la cual iba a permanecer en la clínica unos 5 días. Salió 101 días después. Jack Bandel ordenó el examen hematológico pre-operatorio el día anterior a la intervención, lo cual reflejo una severa alteración en las pruebas de coagulación. Al día siguiente y media hora antes del horario establecido para la operación (6:30 AM) comienzan los informes. Les indican a sus padres que las pruebas de coagulación no arrojaban los resultados requeridos y que se suministraría plasma fresco congelado. El cual le fue colocado a la 1PM. Así fueron pasando las horas hasta que Klaus Meyer 4 horas y media más tarde (5 PM) señaló que iban a proceder a intervenir. Alrededor de las 10 PM Jack Bandel salió de la sala para informar que la operación había concluido con todo éxito. Dos horas después (12 de la noche y habiendo transcurrido 7 horas desde el comienzo de la intervención) Klaus Meyer señala que Valentina había tenido un proceso de sangramiento muy grande y que el equipo médico al no poder parar la hemorragia había decidido NO CERRAR EL TÓRAX y mantenerlo con compresas hasta que la hemorragia cesara. Valentina permaneció 3 días con el tórax abierto. Meyer decidió la corrección definitiva de la Tetralogía de Fallot en lugar de la operación paliativa acordada y que había sido indicada por el cardiólogo de la niña en la Clínica Ávila. Valentina estuvo 11 días sedada. Le aplicaron 3 altas drogas en dosis máximas. Al desentubarla, los padres observaron que los brazos y piernas de la niña temblaban. No hablaba, ni lloraba, ni se quejaba y mantenía la mirada perdida hacia arriba. Ya no tenía conexión con el medio que la rodeaba. El neurólogo Luis Briceño, la examinó junto a Bandel e informó que esos síntomas eran efecto de los medicamentos y que desaparecerían. Sin embargo, luego de esto le suministraron Penthotal. Valentina también fue operada recibiendo aspirinas antes de la intervención y le aplicaron Viagra estando en terapia intensiva (Viagra es el nombre comercial del citrato de sildenafil, fármaco original del Laboratorio Pfizer) Los meses posteriores y luego de realizada una resonancia magnética los médicos quisieron justificar lo injustificable alegando que Valentina había sufrido daños cerebrales debido a una falta de oxigenación durante la intervención. ¿Qué sucedió? Jack Bandel, Cardiólogo Pediatra. Jefe de la Unidad de Cuidados intensivos pediátricos del HCC, responsable de la evaluación pre operatoria y de la evaluación cardiológica y quien ordena la operación; Klaus Meyer, cirujano principal y Alix Cáceres, anestesióloga, junto a los ayudantes y al neurólogo Luis Briceño, actuaron precipitadamente, mintieron y emitieron diagnósticos falsos. De acuerdo a los exámenes del día anterior a la operación, Valentina no podía ser intervenida hasta que no se estudiaran las causas que ocasionaban la severa alteración de la coagulación, ya que el día de su ingreso le habían realizado un exanguíneo (transfusión o recambio de sangre) donde le extrajeron 250 centímetros cúbicos (cc) de sangre y le colocaron 250 cc de solución y los exámenes posteriores reflejaban pruebas aún más alteradas, condición que ameritaba estudios especiales y la consulta de un hematólogo. Pero Bandel, Meyer y Alix Cáceres en un nuevo acto de negligencia, hicieron caso omiso a esta situación. Este trastorno en la coagulación produjo una grave hemorragia intra operatoria que causó el daño cerebral de la niña ya que en la intervención le suministraron a Valentina 1 litro y medio de sangre total, lo que equivalía según el peso de ella (11 kilos 700 gramos) a casi dos veces lo que le correspondía. Si la intervención era electiva. ¿Por qué se apresuraron? ¿Por qué no llamaron a un hematólogo? ¿Por qué no se ordenaron las pruebas especiales?
David Maceira David Manuel Maceira Abreu, nació en Anzoátegui en marzo de 1993, con un peso excepcional de 4,750 Kg., pero presentaba una pequeña ictericia (pigmentación amarilla en la piel y ojos) producida por valores anormales en la bilirrubina. Los exámenes posteriores mostraron un soplo al corazón pero que de ninguna manera iba a influir en su desarrollo normal. Es tratado desde el primer momento por una doctora cardiólogo, quien informa a los padres que este problema puede corregirse con el tiempo. Al cumplir David seis años y en vista que el defecto no se había corregido, uno de sus cardiólogos lo remite al HCC. Allí la Dra. Renata Revel-Chión diagnostica comunicación interventricular, que es una abertura en el tabique ventricular que requiere de un control máximo de 10 meses y que el niño será nuevamente evaluado a los 10 u 11 años. Todos esos años transcurrieron sin ningún tipo de problemas, llevando David una vida normal, en crecimiento, desarrollo, estudios, juegos, etc. Cumplidos los 11 años, su cardiólogo lo remite nuevamente al HCC. La Dra. Renata Revel-Chion confirma el diagnostico inicial y decide operar al niño. El Dr. Klaus Meyer elabora un presupuesto por algo más de 28 millones de bolívares. David ingresa el 29 de julio de 2004 y los exámenes médicos revelan sus buenas condiciones para ese momento. Al siguiente día (30/07/2004) comienza la operación a las 9:30 AM. Al mediodía, la Dra. Revel-Chión informó sobre un inconveniente en la válvula aórtica, que ellos iban a poder resolver manualmente por medio de una valvuloplastia. A la pregunta realizada por el padre de suplantar la válvula aortica, la doctora contestó que no, porque el niño crecería pero no la válvula, lo cual supondría un problema a futuro. Este diagnóstico no coincidía con los anteriores, tanto de los médicos del HCC como de los médicos que evaluaban a David en su sitio de origen desde su nacimiento. Al día siguiente (31/07/2004), según ecocardiografía doppler y estudio transesofágico diagnosticaron ruptura parcial de la válvula coronaria derecha, la misma que ellos habían reparado anteriormente y es nuevamente ingresado al quirófano, donde se le hace un reemplazo valvular aórtico, el mismo procedimiento que había sugerido el padre del menor unas horas antes. Klaus Meyer emite un diagnóstico con informes hasta el momento, desconocidos para los padres de David y donde los datos de la prótesis valvular reemplazada no son los mismos que en un informe de Revel-Chión. En los días siguientes, la doctora Renata revel-Chion, redacta un informe contrario a lo dicho anteriormente. Los informes describen una serie de anomalías que debieron haber aparecido en los controles y ecos anteriores. Lo cierto es que la tensión de David es anormal, tiene prolapsos coronarios y cuadros febriles. Tal es la descoordinación médica hasta ese momento, que Renata Revel-Chion manifiesta que no era conveniente un cambio de válvula pero en un informe posterior, habla de ese cambio realizado. Unos días posteriores al informe de ruptura de la válvula, se diagnostica que ésta, no estaba rota... Sólo, leyendo los informes, nosotros que no sabemos nada de medicina, llegamos a la fácil conclusión, que David nunca estuvo sometido a los cuidados necesarios que su intervención requería, ni los informes justificaban los casi 400 millones de bolívares que la familia Maceira había cancelado hasta el momento. En diciembre 2004 luego de sudores, vómitos, convulsiones y paralización de las piernas, la gravedad de David, amerita el traslado a Caracas con aero ambulancia. Meyer y Bandel entre otros, diagnostican endocarditis por hongos (Cándida Alvicans) y coágulos de sangre, en las válvulas que ellos habían colocado 4 meses antes. Este cuadro se asocia a una infección contraída en el quirófano, que tapa las arterias y mantiene el riesgo alto de muerte. La solución en ese momento para Meyer era "si las cosas no salen bien" amputarle la pierna. Esto no sucedió y a los pocos días, Meyer ordena el traslado de David desde cuidados intensivos a una habitación. Pero Bandel desautoriza el traslado, contestando que Meyer se equivocó por desconocimiento... aunque él, -según sus propias palabras- sí sabe lo que ocurre, porque buscó la información en... ¡Internet! Deciden operarlo de emergencia, pero... el seguro se estaba terminando... Faltaban unos 50 millones. El padre de David pidió al médico poder pagarle 15 días más tarde ya que nuevamente se abría el seguro, o tramitarlo por medio de Cardioamigos, a lo que Meyer contestó que él no manejaba la parte administrativa y si eso no se solucionaba, a pesar de la gravedad del niño, éste no iba a poder ser intervenido. Gracias a Dios y a compañeros de trabajo de la Sra. Maceira en PDVSA, el dinero se consiguió (¿Dónde estaba Cardioamigo?) Todo no quedó allí. David estaba muy desmejorado. Los riñones se paralizaron, los pulmones se le llenaron de líquido y hubo que extraerle el mismo. Tenía dolor intenso en la pierna izquierda que sólo se calmaba con morfina, diálisis peritoneal, extracción de la aneurisma y la válvula aórtica suplantándole la misma. Entre otras decenas de anormalidades, podemos citar un examen de perfil genético que en el anexo del HCCse lo presupuestaron a los padres de David en más de 7 millones y en la UCV lo cobraron 80 mil bolívares. Esto sin embargo no es nada -sólo es dinero- comparado con los diagnósticos de Renata Revel-Chión quien le hizo creer a la familia Maceira, que su menor hijo José David, sufría de una cardiopatía congénita y Jack Bandel 8 meses después, dice que el niño no tenía nada en el corazón... Hoy día los padres de David ya saben que esa misma intervención electiva puede realizarse por cateterismo, con un máximo de 48 horas de hospitalización y con un costo económico relativamente bajo y sobre todo con un riesgo de mortalidad del 3% sin ningún tipo de traumas para el paciente. Meyer, Bandel, Revel-Chión, Israel Burdeinik, otros médicos que intervinieron y Alexis Bello como director del HCC, con irresponsabilidad, falta de humanidad, desconocimiento de la profesión y alto grado de mercantilismo, le originaron a David Maceira hijo, la pérdida de un riñón, perdida de movilidad en su pierna y traumas psicológicos. David salió del HCC el 5 de marzo de 2005, en silla de ruedas, pesando 26 kilos y gracias a que su padre durante varios meses se dedicó a cuidarlo y alimentarlo. El niño se ha ido recuperando en lo posible, sin embargo quedó consumiendo un medicamento de nombre DIFULCAN, a dosis de 300mg diarios, el cual ningún médico de los que lo trata actualmente se atreve a retirar por temor a que aparezca un nuevo brote de la infección, por lo difícil de erradicar totalmente. Éste medicamento, según el laboratorio que lo produce, y en base a la experiencia más grande que tienen de su uso no ha superado los 4 años y medio sin producir daños hepáticos irreversibles. David tiene un año y cinco meses consumiendo este medicamento. ¿Qué va a suceder en el futuro con David Manuel?.
Martha González