1 ene. 2007

El 13 ES EL NÚMERO DEL AMOR

Hace cinco años, los enemigos de la Patria, estaban trabajando en las sombras de sus madrigueras.
Durante meses había planificado sus crímenes.
Con sus jugosos sueldos en dólares compraban armas, periodistas y seudo periodistas.
Los mercenarios de la desgracia de los pueblos estaban agazapados -como sólo ellos saben estar- esperando el momento acordado para clavar la puñalada.
Traicionaron a todos, incluso a muchos de quienes eran sus seguidores.
Hace cinco años, ya tenían redactado y revisado mil veces el decreto fascista.
Hace un lustro, ya se retorcían las manos, pensando en que chusma sería convertida otra vez a la esclavitud.
Nada había sido improvisado.
Todo estaba fría y mortalmente calculado.
No podemos olvidar -aunque ellos no lo recuerden- los asesinatos de ciudadanos de uno y de otro lado.
A nosotros nos importa y nos importó en su momento, las víctimas sin distinción de posiciones políticas.
Ellos sólo colocaban el necio cintillo de luto activo, hasta que se enteraban que los muertos estaban de nuestro lado.
Para ellos no había dolor, ni había respeto.
La conspiración fue antidemocrática y apátrida. Centrada sólo en sus propios intereses y en de aquellos que eran y siguen siendo sus patronos: la cuenta del banco y el imperio.
El 11 de abril, fue el día de la tragedia.
El 12 de abril, fue el día de la tiranía.
En menos de 24 horas, eliminaron todas las garantías, los poderes públicos, la libertad...
En pocas horas, persiguieron a los dirigentes políticos y sociales, asaltaron la embajada de Cuba y violaron todos los derechos humanos.
En menos de un día, ya habían anunciado la venta de PDVSA, el retiro de Venezuela de la OPEP, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y la abolición del aumento de salario para los trabajadores.
Les sobraron 24 horas para desatar su macabro plan de gobierno, para preparar las listas de sus nuevos funcionarios, para repartirse los cargos peor que las hienas peleando por un trozo de carne. Al menos los animales salvajes, pelean por llevar comida a sus crías.
Sus crímenes eran celebrados por potencias extranjeras y por los imperialistas en sotanas. Los lacayos del Vaticano en nuestro país, los miserables monseñores, predicadores de mentiras, seguramente también celebraron con champaña en mesas opulentas, con vajilla italiana y cubiertos de plata... en el sentido literal de la palabra "cubiertos"...
Ellos todos, que se reían simulando ser valientes, temblaban de cobardía.
Tenían miedo al Libertador.
Por eso lo escondieron.
No soportaban que a la espalda del dictador y de frente a su público embriagado de venganza, Bolívar los mirara.
Creyeron que arrinconando a Simón, eliminarían su fuerza y nuestra historia.
Sin embargo, un número que para los supersticiosos es fatídico, para nosotros ha sido victorioso.
El 13, se convirtió en el Día de la Dignidad.
Bajamos miles, armados con la Constitución y un sólo grito ¡Queremos ver a Chávez!
Los militares sin uniforme y el pueblo uniformado digno, nos unimos todos en rechazo a la guerra mediática, sicológica y represiva.
Venezuela demostró una vez más su capacidad para movilizarse y defender lo que le pertenece.
El Presidente Chávez nos pertenece.
La inmensa mayoría estamos con él y estaremos siempre.
El Presidente Chávez es no sólo el camino que estamos transitando los venezolanos, sino también los latinoamericanos y todos los pobres y excluidos del mundo.
De no ser por el 13, estaríamos, muertos, exiliados, humillados, o tal vez -muy probablemente- luchando en las montañas. Habríamos retrocedido cuarenta, o más años.
Lo que hasta 1998, era una utopía, un sueño clandestino, hoy es una realidad.
Avanzamos a pesar de los continuos saboteos.
Nos crecimos en las dificultades.
La sucia maniobra intentada por Washington, no ha conseguido frenar la transformación social, el modelo alternativo, novedoso, humano...
Chávez es el líder de la vanguardia revolucionaria mundial.
Bolívar cabalga en Venezuela y el movimiento de masas jamás podrá ser nuevamente detenido.
Que todos los días de nuestra vida sean un 13 de victorias.
¡Gloria al Bravo Pueblo!
¡Gloria a nuestro Líder!
Porque con tanto amor que nos das, es imposible no amarte.