Martha González- Mucha gente se pregunta por qué no te incorporaste a la lucha en Venezuela contra las políticas hambriadoras de turno, en lugar de luchar sólo por una causa que aunque muy justa como la palestina, te mantenía tan lejos de nuestro país.
Ilich Ramírez Sánchez- "En primer lugar deben saber que yo nunca recibí ordenes para intervenir directamente en las operaciones. Cuando intervine era porque consideraba que era necesario que ayudara en logística, haciendo estudios, supervisando ciertas cosas como objetivos a atacar, blancos, etc. Pero ocurría que muchas veces la gente que llegaba -los combatientes- aunque eran tipos valientes que habían combatido en la montaña y ese tipo de cosas, no tenían la capacidad suficiente para hacer las tareas importantes y entonces yo tenía finalmente que asumirlas. Terminaba escogiendo a la gente, entrenándolas y haciendo el trabajo. Me convertí por la necesidad de la situación en un activista militante de confrontación de primera línea, contra los israelíes y contra las fuerzas enemigas en Europa. Había esa necesidad y eso retardaba mi regreso a Venezuela.
Incluso me propusieron que fuera para Colombia ya que los camaradas colombianos estaban informados de mi trabajo en Europa. Ellos tenían una gran experiencia, pero también tenían un punto débil: la falta de experiencia de lucha en la ciudad y me decían 'un tipo como tu nos conviene, te vienes para aquí, te quedas un año en Bogotá y te encargas del trabajo militar aquí y organizamos esto'. Yo les dije que lo haría con gusto, pero que estaba ocupado en golpes de enemigos y en represarías en nuestra contra. Eso, es lo que me impidió regresar a Venezuela, aunque siempre estuve en contacto con camaradas de allí. Aunque estaba enfocado en un punto de lucha a nivel internacional con la gente de Palestina, no dejé de lado mi conexión con Venezuela. Haber regresado a Venezuela entonces, hubiera significado objetivamente una decepción de mis obligaciones como combatiente revolucionario en el área internacional.
Aún siendo yo un tipo de mucha experiencia, de gran capacidad militar y un magnifico oficial de comando, combatiente revolucionario internacionalista, no creo que mi regreso a Venezuela hubiera cambiado la situación. Además el trabajo que yo estaba haciendo en Europa, en el Medio Oriente y en África, nadie lo podía haber hecho como yo. Los camaradas de Europa no se movían sin preguntarme primero. Los árabes eran la mejor gente pero muchos eran asesinados; había muchos agentes dobles y agentes sospechosos y los jefes históricos estaban enconchados en países árabes porque los querían asesinar. La situación no era fácil. De toda esa gente, la mayoría fueron asesinados y el único que queda soy. En realidad, Venezuela no me necesitaba, allí estaba Douglas Bravo y otra gente. Tampoco hubiera sido trascendente que Carlos regresara a Venezuela, porque yo hubiera sido un guerrillero más. Sí, mi experiencia hubiera enriquecido la guerrilla, pero no hubiera cambiado la realidad estratégica"
Martha González- ¿Tuviste contacto con Douglas Bravo, por ejemplo en Argelia?
Ilich Ramírez Sánchez- "No. A Douglas Bravo yo sólo me acuerdo haberlo visto en Venezuela en el año 1958, yo estaba carajito y me lo señalaban en la calle, un primo lejano de mi mamá, que fue criado en la casa y a quien lo consideraba como un hermanito menor. Vi a Douglas varias veces en cuestiones políticas, pero no hablé nunca con él. También lo vi una vez, en un accidente de automóviles. Él venía en un jeep y no entiendo como salió de ese accidente. Era un tipo con una sangre fría del carajo. Otra vez lo vi solo en el centro de Caracas, en el Silencio, en la tarde y luego un par de veces en 1964. Estaba con Núñez Tenorio, ese gran ideólogo, un hombre intelectual de gran capacidad".
Ilich Ramírez Sánchez- "En primer lugar deben saber que yo nunca recibí ordenes para intervenir directamente en las operaciones. Cuando intervine era porque consideraba que era necesario que ayudara en logística, haciendo estudios, supervisando ciertas cosas como objetivos a atacar, blancos, etc. Pero ocurría que muchas veces la gente que llegaba -los combatientes- aunque eran tipos valientes que habían combatido en la montaña y ese tipo de cosas, no tenían la capacidad suficiente para hacer las tareas importantes y entonces yo tenía finalmente que asumirlas. Terminaba escogiendo a la gente, entrenándolas y haciendo el trabajo. Me convertí por la necesidad de la situación en un activista militante de confrontación de primera línea, contra los israelíes y contra las fuerzas enemigas en Europa. Había esa necesidad y eso retardaba mi regreso a Venezuela.
Incluso me propusieron que fuera para Colombia ya que los camaradas colombianos estaban informados de mi trabajo en Europa. Ellos tenían una gran experiencia, pero también tenían un punto débil: la falta de experiencia de lucha en la ciudad y me decían 'un tipo como tu nos conviene, te vienes para aquí, te quedas un año en Bogotá y te encargas del trabajo militar aquí y organizamos esto'. Yo les dije que lo haría con gusto, pero que estaba ocupado en golpes de enemigos y en represarías en nuestra contra. Eso, es lo que me impidió regresar a Venezuela, aunque siempre estuve en contacto con camaradas de allí. Aunque estaba enfocado en un punto de lucha a nivel internacional con la gente de Palestina, no dejé de lado mi conexión con Venezuela. Haber regresado a Venezuela entonces, hubiera significado objetivamente una decepción de mis obligaciones como combatiente revolucionario en el área internacional.
Aún siendo yo un tipo de mucha experiencia, de gran capacidad militar y un magnifico oficial de comando, combatiente revolucionario internacionalista, no creo que mi regreso a Venezuela hubiera cambiado la situación. Además el trabajo que yo estaba haciendo en Europa, en el Medio Oriente y en África, nadie lo podía haber hecho como yo. Los camaradas de Europa no se movían sin preguntarme primero. Los árabes eran la mejor gente pero muchos eran asesinados; había muchos agentes dobles y agentes sospechosos y los jefes históricos estaban enconchados en países árabes porque los querían asesinar. La situación no era fácil. De toda esa gente, la mayoría fueron asesinados y el único que queda soy. En realidad, Venezuela no me necesitaba, allí estaba Douglas Bravo y otra gente. Tampoco hubiera sido trascendente que Carlos regresara a Venezuela, porque yo hubiera sido un guerrillero más. Sí, mi experiencia hubiera enriquecido la guerrilla, pero no hubiera cambiado la realidad estratégica"
Martha González- ¿Tuviste contacto con Douglas Bravo, por ejemplo en Argelia?
Ilich Ramírez Sánchez- "No. A Douglas Bravo yo sólo me acuerdo haberlo visto en Venezuela en el año 1958, yo estaba carajito y me lo señalaban en la calle, un primo lejano de mi mamá, que fue criado en la casa y a quien lo consideraba como un hermanito menor. Vi a Douglas varias veces en cuestiones políticas, pero no hablé nunca con él. También lo vi una vez, en un accidente de automóviles. Él venía en un jeep y no entiendo como salió de ese accidente. Era un tipo con una sangre fría del carajo. Otra vez lo vi solo en el centro de Caracas, en el Silencio, en la tarde y luego un par de veces en 1964. Estaba con Núñez Tenorio, ese gran ideólogo, un hombre intelectual de gran capacidad".
