3 nov. 2006

Donald Rumsfeld y las gallinas..o la mentira aviar

Según los expertos un virus aviar modificado capaz de desencadenar una pandemia humana es improbable.
Ha habido más de 3 mil 300 brotes en aves, con 150 millones fallecidas y sólo 118 casos humanos y la enfermedad aviar ha probado ser contenida con buenos controles
sanitarios.
La enfermedad por lo general afecta a las aves, no a los humanos.
No sólo hay gripe aviar, también hay gripe porcina y otras enfermedades en animales. En los casos en los que se trasmite de un animal a un humano, el virus sólo afecta al enfermo, no tiene capacidad de contagio a otras personas. El peligro radicaría en que alguna cepa que afectara a los humanos mutara y que un humano pudiera contagiar a otro humano, pero esto no ha ocurrido y es improbable.
Pero bastó que Estados Unidos tocara la campana de alarma, para que el mundo temblara de miedo ante la perspectiva de una pandemia, a pesar de que han transcurrido nueve años desde
que el famoso virus de la gripe aviar fuera detectado en Vietnam y no llegan aún a cien las víctimas mortales.,George Bush, el mayor provocador de pánicos en el planeta, afirmó
que un mínimo de 200 mil estadounidenses podrían fallecer de la pandemia de fiebre aviar y que incluso podría alcanzar 2 millones de muertos solamente en ese país y así, emprendió su segunda guerra preventiva en poco tiempo, esta vez para luchar contra otra arma de destrucción masiva tan vaporosa como las encontradas en Irak: el virus aviar.
A fin de cuentas había hallado también una poderosa arma preventiva, un antiviral llamado Tamiflu que comercializaba la empresa suiza Roche y que en apenas unos días se convirtió en la gallina de los huevos de oro. De hecho, los ingresos por su venta pasaron de 254 millones en el 2004 a más de 1.000 millones en el 2005. Y su techo es imprevisible dada la grotesca reacción de los gobiernos occidentales con peticiones masivas del producto.
La realidad, sin embargo, es que la eficacia del Tamiflu es cuestionada por gran parte de la comunidad científica. Muchos se preguntan cómo se espera que pueda servir ante un virus mutante cuando apenas alivia algunos síntomas -y no siempre- de la gripe
corriente. Obviamente la respuesta al protagonismo del Tamiflu en nuestras
vidas no es científica sino puramente comercial. El Tamiflu era hasta 1996 propiedad de Gilead Sciences Inc. empresa que ese año vendió la patente a los laboratorios Roche. ¿Y saben quién era entonces su presidente? Pues el actual Secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, que aún hoy sigue siendo uno de sus principales accionistas. ¿Y recuerdan que pasó el año pasado? Pues que en cuanto empezó a hablarse de la gripe aviar Gilead Sciences Inc. quiso recuperar el Tamiflu alegando que Roche no hacía esfuerzos suficientes por fabricarlo y comercializarlo. Que tenía fuerza para lograrlo lo demuestra, que ambas empresas se sentaron a negociar y acordaron en un tiempo récord constituir dos comités conjuntos, uno que se encargase de coordinar la fabricación mundial del fármaco y decidir sobre la autorización a terceros para fabricarlo y otro para coordinar la comercialización de las ventas estacionales en los mercados más importantes, incluido Estados Unidos.
Además Roche pagó a Gilead Sciences Inc. unas regalías retroactivas por valor de 62,5 millones de dólares.
Por si fuera poco, la empresa norteamericana se quedó con otros 18,2 millones de dólares extras por unas ventas superiores a las contabilizadas entre 2001 y 2003, a lo que hay que añadir un dato: Roche se ha quedado con el 90% de la producción mundial de anís estrellado, árbol que crece fundamentalmente en China -aunque también se encuentra en Laos y Malasia- y que es la base del Tamiflu.
El escenario, qué duda cabe, estaba completo. Sólo había que empezar a encontrar poco a poco aves contagiadas con el virus en distintos países, para crear alarma mundial con la ayuda de
científicos y políticos sin escrúpulos o de escasa capacidad intelectual y ayuda de los grandes medios de comunicación. Y, ¿Qué tiene que ver Donald Rumsfeld en todo esto? Pues absolutamente nada. Según un comunicado emitido el pasado mes por
el Pentágono, el actual Secretario de Estado norteamericano no intervino en las decisiones que tomó el Gobierno de sus amigos Bush y Cheney, sobre las medidas preventivas que había que
adoptar ante la amenaza de pandemia. El comunicado afirma que se abstuvo, que no tuvo nada que ver en la decisión de la Administración estadounidense de apoyar y aconsejar el uso del Tamiflu a nivel mundial. Y muchos le creen... como cuando aseguró solemnemente que en Irak había armas de destrucción masiva.
Además el hecho de que su nombre aparezca unido a una vacunación masiva contra una supuesta gripe del cerdo durante la Administración de Ford en la década de los 70 -que dio como
resultado más de 50 muertos a causa de los efectos secundarios- no es más que una coincidencia...
Poco antes de incorporarse al Gobierno norteamericano, Rumsfeld fue el presidente del laboratorio fabricante del Vistide...que luego del 11-S fue un fármaco adquirido masivamente por el Pentágono para evitar los efectos secundarios que podía producir la vacuna de la viruela entre los soldados norteamericanos a los que se les aplicó antes de enviarlos a Irak. El Vistide fue también un producto de los laboratorios Gilead Sciences Inc. creador del Tamiflu. ¿Otra coincidencia?